En la actualidad, ¿Qué
empresa no tiene sitio web, no está en las redes sociales o por lo menos no
tiene una fanpage en Facebook? La que no lo tenga se podría decir que está
profundamente desactualizada y desconectada con el mundo de los negocios, allí
todos venden sus productos, ofrecen sus servicios, montan imágenes, ofrecen lo
más barato, y lo más útil, pero lo más importante es que todos ¡HABLAN!, porque
tienen algo que decirle al cliente, le tienen la solución inmediata.
En el artículo de Molly flat
sobre el necesario silencio en este tiempo en que las redes sociales y el
marketing digital es la panacea en el mundo de las empresas, la autora plantea
una propuesta realmente diferente, todos quieren hablar en las redes, todo el
mundo tiene algo que decir, pero nadie guarda silencio.
Flatt plantea que incluso
unas de las grandes empresas como Apple es una de las que menos habla en la
redes pero es la que más vende, ¿Acaso será necesario hacer un silencio
estratégico? La pregunta fundamental es: ¿Cómo hacer silencio en este tiempo
comercial donde propone que “Lo que no se dice no se vende”?.
La autora habla de que hay
que dejar que sean los clientes y las personas del común quienes hablen, que
sean ellos quienes construyan, quienes cuestionen, armen y desbaraten,
comenten, aconsejen, critiquen (creo que en buen sentido).
Ahora les llego el momento a
las empresas de guardar silencio, de dejar que sean los usuarios quienes deben
generar contenidos ahora son “las empresas (quienes) deberían enfocar esfuerzos
en motivar conversaciones de consumidores sobre ellas y no promocionarse con
fotos en redes, información irrelevante o noticias de la marca”.
De esto se trata, a veces es
necesario hacer silencio para escuchar, escuchar a nuestros clientes, a los
usuarios, sus propuestas, sus gustos y preferencias y hasta sus disgustos,
dejemos de hablar tanto y guardemos un estratégico silencio, a veces el
silencio resulta ser más interesante que tanto parloteo que muchas veces no
lleva a nada.
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