En el resumen de un texto
originalmente publicado por el profesor Fernando Cepeda en su columna de EL
TIEMPO, se describe de manera muy breve todo el proceso de investigación de la
firma monitor sobre la promoción de la exportación de artículos colombianos de
cuero y sobre como esa firma decidió entrevistar cada uno de los entes
involucrados en el proceso de comercialización, allí los investigadores
encontraban que cada vez que entrevistaban a uno de los implicados trataba de
justificar el proceso, costos y dificultades, echando siempre la culpa al
siguiente en la cadena de producción o comercialización , sin encontrar un
responsable.
La conclusión de dicha
investigación del consultor extranjero fue muy simple: “los productos
colombianos de carteras de cuero no pueden competir en el mercado de Estados
Unidos, “porque sus vacas son estúpidas” fue tan evidente el hecho de que
ninguno asumió su responsabilidad en este proceso de comercialización de cuero
que la conclusión llego al punto de echarle la culpa a una vaca.
Éste es el país en el que
vivimos, un país lleno de excusas y contradicciones, “somos colombianos y a
mucha honra” pero ni siquiera sabemos lo que implica, en la política todos se
echan la culpa y nadie hizo nada, Santos se la echa Uribe y Uribe a Santos, la
plata se pierde y nadie sabe dónde, los proyectos sociales y las donaciones
internacionales existen pero nadie sabe dónde quedo “esa platica”, la justicia
colombiana es un juego de pimpom del que todos son expertos.
¿Hasta cuando pretendemos
vivir de excusas y justificaciones? Siempre echando la culpa y nunca asumiendo,
ya no se trata de cargar las responsabilidades a las estructuras sociales,
políticas o económicas, ya no se trata de fijarnos tanto en que hizo o no hizo
el otro, ya esta historia se trata de asumir, cargar, comprometernos (que tanto
cuesta en este tiempo) y empecemos por
nuestro hogar y por nosotros mismos, el resto se arregla solo porque todo viene
por añadidura.
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