jueves, 21 de agosto de 2014

Edwidge Danticat



Escritora haitiana nacida en Puerto Príncipe, bajo el régimen dictatorial de Papa Doc Duvalier. Cuando tenía dos años, su padre emigró hacia Estados Unidos para trabajar en una fábrica. Dos años después, partió su madre, y ella quedó al cuidado de su tío, un viejo pastor que vivía en una de las zonas más pobres de Puerto Príncipe. A los doce años, emigró hacia Estados Unidos en busca de sus padres y se instaló en Brooklyn. Se graduó en Literatura Francesa y luego obtuvo una maestría en la Universidad de Brown. A los veinticinco años publicó su primera obra Palabra, ojos, memoria (1994), a la que siguieron el libro de cuentos Krik? Krak! (1997) y la novela Cosecha de huesos. Sus obras muestran el reverso de la isla de Haiti y revelan un lugar profundo y fantástico, sin dejar de lado, las problemáticas étnicas, económicas y políticas que atraviesan los habitantes de ese país. En ese sentido, Danticat asume con valentía su condición de cronista y refleja una cultura sostenida sobre leyendas, mitos y tradiciones que las mujeres, de generación en generación, lograron transmitir. Es la primera escritora haitiana que escribe en inglés, vive en Estados Unidos y su obra ha sido traducida a más de diez idiomas.

Ella aborda el tema del racismo y del amor...

UNA DE SUS OBRAS

Hermano, me estoy muriendo (fragmento)


" Ésta es la manera de demostrar tu amor por mí: En cualquier lugar al que vayamos, dirás de mí que soy tu hermano. Génesis 20:13
Mi padre de vez en cuando citaba el libro del Génesis, parafraseando sus líneas favoritas de la historia de José, el joven que fue refutado y vendido en tierra hostil por sus hermanos.
Mi tío Joseph fue nombrado después de que el arco iris quedara recubierto, pero yo nunca me tomaría en serio los paralelismos entre la vida de mi tío y el relato bíblico anterior.
-El tío permanece en su propio Egipto esta mañana, en su particular tierra de aflicciones, dijo mi padre, cuando hablamos en torno a las nueve de la mañana.
-Estará bien, respondí yo. Tú sólo concéntrate en la Columbia presbiteriana.

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